lunes, 25 de abril de 2011

Semana Santa en familia

Las visitas son siempre agradables, sobre todo si se reciben en Camerún. Después de mucho esperar, al final Alicia y Ernesto aparecieron en el aeropuerto de Yaundé. Por delante nos esperaban 8 días para conocer una pequeña parte de esta África en miniatura. La agencia coqueyvane.com había planeado un viaje por el noroeste del país, la ruta estaba clara... 

Yaundé
Bamenda
Dschang
Cataratas Ekom Nkam
Duala
Edea
Kribi
Yaundé
... pero no las sorpresas que nos esperaban por el camino. 

Destino Bamenda: Salimos el lunes de Yaundé rumbo a Bamenda. Eran seis horas de trayecto con nuestro chófer habitual, Vincent. Pero a medio camino, tras pasar Banganté, nos sorprendió el primer contratiempo: se rompió el radiador del coche. En ese momento se nos pasó de todo por la cabeza, ¿cuánto tiempo íbamos a vamos a pasar allí? ¿sería capaz Vincent de arreglarlo? En menos de una hora cogió una moto para ir al pueblo más cercano, compró uno nuevo y lo trajo con mecánico incluido, que lo cambió en cinco minutos. Nosotros aprovechamos la parada para comernos unos bocadillos y charlar con un vecino de la zona.

Momento de la llegada del nuevo radiador
Zona Picnic
Lectura para la espera
Antes de anochecer llegamos a Bamenda sin más sobresaltos, donde nos esperaban las Hermanas Calasancias.


Destino Bafut: El martes fue el día más tranquilo del viaje. Decidimos descansar de los kilómetros del día anterior y fuimos a visitar Bafut, un pueblo cercano a Bamenda con una historia que se remonta al siglo XVI y de la que queda la construcción más antigua de África Central, el palacio del Fon. Visitamos el museo y una parte del palacio, pero una intensa lluvia nos impidió conocer más a fondo el lugar. 



El resto del día lo pasamos en Bamenda, conociendo la capital de la zona anglófona de Camerún. Un paseo por el main market y por la calle comercial de la ciudad nos permitió darnos cuenta de que aquí los anglo-fous (anglo-locos) -como los llaman en Yaundé- no tienen nada de descerebrados, más bien al contrario, son amables y ordenados. Además encontramos una tienda de artesanía muy bien puesta donde compramos algunas piezas de cerámica para completar nuestro ajuar y nos tomamos un capuccino (y esto son palabras mayores en Camerún) en una cafetería que nada tiene que envidiar a las de la Gran Vía.

Moto-taxis de Bamenda
Descubriendo el main market
A la mañana siguiente, Marta, Mari y Clara nos enseñaron el colegio que tienen cerca de su casa con 180 niños de 2 a 4 años y el centro de formación para mujeres. Estas sisters trabajan a las afueras de Bamenda (Nkwen Futru, Mile 4) y es un gusto darse una vuelta por allí para ver sus proyectos, resultado de mucho esfuerzo.

Erne, Marta, Mari, Alicia y Coque en el patio del colegio
Colegio Infantil Faustino
Ernesto enseñando las horas

Otra atracción del lugar es el idioma. Sin previo aviso y sin frontera pasas del francés al inglés. Un inglés, eso sí, con un acento muy particular y bastante difícil de entender. Resulta muy divertido escuchar a una andaluza que ha aprendido inglés allí (como también es gracioso escuchar a la pareja de alcarreños hablar en francés de Yaundé).

Continuará...

3 comentarios:

  1. Sí, sí... ¿a ver quién es el guapo que descubre que "mai fo" y "santa po" son "Mile four" y "Centre Pole?"... y no "My phone" y "Santa Po(la)", como pensábamos?
    Esperamos ese segundo capítulo... Además de romperse el radiador, pinchó una rueda, y cayó una tormenta de aupa!!!

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  2. Saludos pareja! Encantada de haberos conocido! Espero que el viaje con la Royal acabara bien!

    Y para la otra pareja de "casi-cameruneses": Fue un placer volver a encontraros... aunque ha sido demasiado corto!
    Ah! Coque: me debes un partido de barça-madrid.. ;-)

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  3. Sí, Cristina, la última parte del viaje con la Royal fue bien y muy seguro (enseñamos el pasaporte unas 10 veces más)... Espero que tú tb llegaras bien a BCN. Hasta pronto!

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