viernes, 18 de diciembre de 2009

4 meses

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...ha habido de todo...
...sobre todo, buenos momentos. ¡gracias!


Continuará... 

jueves, 17 de diciembre de 2009

Segundo Viaje: El lejano Oeste (2ª parte)

Un desayuno al sol y un bañito en la piscina a primera hora de la mañana nos repusieron del cansancio del día anterior y nos prepararon para la siguiente etapa del viaje: las cataratas de Mamy Wata (ya explicaremos en otra entrada qué es una mamy wata). Según la guía, dichas cataratas no son tan espectaculares como las de Ekom (donde se rodó la película: Greystoke, la leyenda de Tarzán) pero nos pillaban de paso… o eso creíamos…

cataratas de Mamy Wata

Teóricamente no estaban lejos de Dschang, tan solo a 19 km por la carretera de Fongo-Tongo. Tras pasar un buen rato perdidos, dando vueltas por Dschang, conseguimos llegar a la pista que nos llevaría a las cataratas. En la época de lluvias es complicado llegar a cualquier sitio a causa del barrizal y en la seca no es mucho más fácil porque el polvo no te deja respirar, se te impregna en la ropa, en el pelo, en las pestañas y en todo lo que encuentra. De esa guisa llegamos a las cascadas. Cuando piensas en unas cataratas en Camerún crees que estarán en medio de la selva y que será difícil acceder a ellas. En este caso, lo tienen preparado para el turista: un guía que cobra la entrada y cuenta la historia, un pequeño mirador para verlas desde arriba y un caminito para bajar sin esfuerzos. Aun así, es espectacular descubrirlas en medio de tanta vegetación y poder bañarse debajo de ellas. 


Chefferie de Bandjoun
Terminó así nuestra etapa aventurera y comenzó el merecido descanso. El domingo por la noche llegamos a Bandjoun a casa de Pablo, un español que trabaja para una multinacional de conservas de verduras. Allí pasamos un par de días disfrutando de todo lo que nos ofrecía el pueblo: una de las Chefferies más importantes del Oeste, los entresijos de la fábrica de conservas y, sobre todo, unas agradables cenas con amigos, judías verdes extrafinas con cebolleta y lazo de puerro y helado casero.

toda la delegación española en el Oeste
A la delegación española por el Oeste se unieron el último día el cónsul y su mujer; mejor dicho, Gonzalo y María.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Otro blog

Hacía tiempo que escribí que habíamos jugado un partido en las jornadas de amistad Europa - Camerún. Aprovechando que Cristina tiene un blog y que ella ya ha comentado el encuentro futbolístico, os dejo el link de su blog (además así se aprende catalán).

Por cierto, espero que todo les vaya bien a Cristina y Albert en su regreso a Barna.
¡¡Gracias por la cafetera!!

lunes, 14 de diciembre de 2009

Segundo Viaje: El lejano Oeste (1ª parte)


Este segundo viaje nos llevó al Oeste de Camerún. La zona es preciosa y por fin salimos de Yaundé. Las últimas semanas aquí estaban siendo agotadoras, sobre todo por el calor. Con la salida ganamos un poco en tranquilidad y disfrutamos mucho. La primera parte del viaje se centró en Nkongsamba, los lagos del monte Manengouba y Dschang.
Salimos el viernes preparados para el viaje de 5 horas hasta Nkongsamba, los 5 intrépidos (Isabel, Ana, Dene y nosotros dos) en dos taxis de confianza, el de Vincent y el de su amigo Guy. Cualquier trayecto fuera de las ciudades es espectacular pero en este caso nos impactó. Primero el inmenso río Sanaga y su valle, después las montañas de Bafang y, por fin, Melong y Nkongsamba. Llegamos sin idea fija de nuestro alojamiento nocturno pero gracias a Vincent lo encontramos. La noche la pasamos en un orfanato en el que ayuda una ONG española (África Digna). Las encargadas del centro nos recibieron con los brazos abiertos y los niños con una canción durante su cena. 

 
subiendo al monte Manengouba desde Nkongsamba
La mañana siguiente era la etapa principal del viaje, la excursión a los lagos del Manengouba. Fue un trayecto de casi 5 horas para llegar a los lagos, subiendo el monte, descendiendo por valles, plantaciones de café y bosques tropicales. Cruzamos ríos, pueblos perdidos en las montañas e incluso nos cruzamos con rebaños de cebús salvajes.

un rebaño de cebús

La verdad es que fue duro y en algunos momentos pensamos que no llegaríamos. Pero al final cuando más cansados estábamos un viento nos dio la bienvenida al cráter en el que están los dos lagos gemelos: la hembra, de color verde, y el macho, de color azul. La sensación fue increíble, cansados, hambrientos y un poco enfadados con los guías llegamos a los lagos.

uno de los lagos gemelos
el otro lago
Justo en ese momento descubrimos que estaba preparado para los turistas. Unas casitas, el chef de los lagos para cobrar por mirar y una pista bastante aceptable para los coches. Además, allí nos encontramos con mucha gente, con un todoterreno y una moto. Al otro lado del cráter está Banguem, un pueblecito a tan sólo 3 horas de los lagos andando y poco más de 30 minutos en 4x4. Este descubrimiento nos alegró bastante y decidimos que la bajada sería por ese lado para ahorrarnos otras 5 horas y llegar a Nkongsamba de noche. Nuestros guías no estaban muy convencidos pero finalmente bajamos y en tan sólo 2 horas llegamos a Banguem. Lo malo fue que hasta allí sólo se puede llegar en 4x4 o en moto y nuestros taxistas no podían venir a recogernos. Así que decidimos coger unas motos e ir hasta Melong, a 33 km y más de media hora de trayecto en moto. A algunos nos encantó la aventura, a otros no tanto, pero por fin conseguimos salir de la montaña, llenos de polvo rojo, cansadísimos y quemados por el sol.

Tras despedirnos de los guías, seguimos nuestro viaje a Dschang para pasar la noche en el Centro Climático. Después de la aventura nos merecíamos un descanso en este complejo más parecido a Suiza que a Camerún

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Diciembre

Ya estamos en diciembre, ¡quién nos lo diría! Estos meses han pasado rápido pero no parece que ya estemos a punto de volver. Tan sólo quedan tres semanas pero todavía muchas cosas por hacer en Yaundé y en Camerún. Ahora el clima es muy raro, hace mucho calor aunque apenas salga el sol. Casi siempre el cielo está cubierto con una cierta neblina que aumenta la sensación de calor y agobio.

Este perpetuo verano no ayuda a hacerse a la idea de que el frío ha llegado a la Península y menos aún de que cuando lleguemos será navidad. En pantalón corto es complicado pensar en las fiestas navideñas. Aunque aquí también se están preparando y muchas cosas así lo indican, como los adornos en las tiendas o los pequeños hurtos para comprar los regalos. (Por cierto, si alguien tiene algún capricho africano que lo escriba en comentarios, a ver si así escribís algo, ¡leñe!). También se ha incrementado el número de policías en las calles, teóricamente para garantizar la seguridad ciudadana y evitar esos robos, pero entre nosotros siempre hacemos la misma broma: “A mí, con esas metralletas, me dan más miedo que otra cosa”.
La Navidad ha llegado incluso a nuestra página de conexión a internet y ya está preparada para la ocasión (atención al parecido de la mascota con Obama).