Aprovechando el cumpleaños de Vanessa celebramos una fiesta por todo lo alto como la ocasión merecía. Teníamos de todo: comida casera, bebida e invitados. La falta de mobiliario no fue un obstáculo y creo que la gente cenó bien y pasó una buena noche.
La fiesta mejoró considerablemente con la aparición del juego de karaoke. Todos los invitados se atrevieron a cantar y espero que los vecinos no nos digan nada por los gritos y gallos que lanzamos hasta bien entrada la noche. Aquí dejo una muestra:
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Yo soy aquel |
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Mediterráneo |
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Tengo el corazón contento |
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Mala vida
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