La próximas entradas serán la visión de nuestros últimos visitantes en Yaundé, Raquel y Jaime, en su viaje relámpago por Camerún. Una semana y media de viajes, contrastes, risas y nuevas experiencias. Nosotros nos hemos camerunizado demasiado y ya no nos sorprende casi nada, pero a ellos les llama la atención todo y nos lo van a contar con mucha gracia.
Aventureros, montañeros y ahora también blogueros |
Miércoles 30 de noviembre: primeras impresiones
Nuestro vuelo de Royal Air Maroc
Madrid-Casablanca sale con 45 minutos de retraso y la preocupación
comienza a apoderarse de nosotros ya que tenemos menos de una hora en la conexión en
Casablanca y no pinta bien...
Nada más aterrizar, por megafonía la azafata anuncia la conexión
con otros vuelos, pero gracias a nuestro nulo conocimiento del francés, no nos enteramos de
absolutamente nada. Una vez fuera del avión,
salimos corriendo por la terminal preguntando por doquier “¿Yaundé?”. En todas las
pantallas y por megafonía sólo anuncian Duala y Malabo, lo que no nos ayuda
en absoluto porque no sabemos que compartimos vuelo… Por fin, después de unas
buenas carreras por la terminal, llegamos a la puerta de embarque de nuestro vuelo a Yaundé (con escala en
Duala), pero… ¿y a nuestras tres maletas les habrá dado tiempo a embarcar?
embarcando in extremis |
A
eso de las 4 de la mañana, llegamos al
aeropuerto de Yaundé y en segundos notamos el cambio radical de clima. Jaime comienza su nueva rutina,
rociarse de Relec como si no hubiera mañana... Como trágicamente
imaginábamos nuestras maletas no salen. Así que vamos a buscar
a Carlos para que nos ayude a reclamarlas, pero aquí todo va a su ritmo y nos toca esperar casi
otra hora para que nos atiendan. Después de hacer todo el papeleo, salimos del aeropuerto seguros de que en las dos mochilas de mano traemos casi
todo lo importante para subsistir (¿será eso cierto?).
amanecer volviendo del aeropuerto |
Nos montamos en el taxi de confianza y, ahora sí que
sí, comienza nuestra andadura por tierras camerunesas. Todavía es de noche
cuando comenzamos nuestro viaje camino a Yaundé. Carlos, entre comentario y
comentario con el taxista, nos hace de guía. Los primeros contrastes del viaje nos bombardean: son
cerca de las 5 de la mañana y hay mucha gente andando por los arcenes de la
carretera. Por fin llegamos al mítico Rondpoint Nlongkak, a escasos metros de la casa
de Carlos y Vanessa.
Tras
llamar insistentemente al guardia de noche de la finca llegamos a casa donde conocemos a la pequeña Lili, a la que
le encantan nuestras mochilas y le asusta el olor de España. Después del agotador viaje, no tenemos ganas de nada más que coger la cama
para descansar un rato, nuestros anfitriones nos han dejado su habitación, con
su baño en suite y su cama con dosel-mosquitera. Raquel está encantada por el romanticismo implítico y Jaime espera que sea efectiva contra el anófeles.
a Lili no le hace gracia que ocupemos su cama |
Yaaa?????Queremos más!!!!!!!!!!!!!!!!! besos al cuarteto;) Iván y clara
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