domingo, 24 de junio de 2012

Otros puntos de vista

La próximas entradas serán la visión de nuestros últimos visitantes en Yaundé, Raquel y Jaime, en su viaje relámpago por Camerún. Una semana y media de viajes, contrastes, risas y nuevas experiencias. Nosotros nos hemos camerunizado demasiado y ya no nos sorprende casi nada, pero a ellos les llama la atención todo y nos lo van a contar con mucha gracia.

Aventureros, montañeros y ahora también blogueros
Miércoles 30 de noviembre: primeras impresiones
Nuestro vuelo de Royal Air Maroc Madrid-Casablanca sale con 45 minutos de retraso y la preocupación comienza a apoderarse de nosotros ya que tenemos menos de una hora en la conexión en Casablanca y no pinta bien...
Nada más aterrizar, por megafonía la azafata anuncia la conexión con otros vuelos, pero gracias a nuestro nulo conocimiento del francés, no nos enteramos de absolutamente nada. Una vez fuera del avión, salimos corriendo por la terminal preguntando por doquier “¿Yaundé?”. En todas las pantallas y por megafonía sólo anuncian Duala y Malabo, lo que no nos ayuda en absoluto porque no sabemos que compartimos vuelo… Por fin, después de unas buenas carreras por la terminal, llegamos a la puerta de embarque de nuestro vuelo a Yaundé (con escala en Duala), pero… ¿y a nuestras tres maletas les habrá dado tiempo a embarcar?

embarcando in extremis

A eso de las 4 de la mañana, llegamos al aeropuerto de Yaundé y en segundos notamos el cambio radical de clima. Jaime comienza su nueva rutina, rociarse de Relec como si no hubiera mañana... Como trágicamente imaginábamos nuestras maletas no salen. Así que vamos a buscar a Carlos para que nos ayude a reclamarlas, pero aquí todo va a su ritmo y nos toca esperar casi otra hora para que nos atiendan. Después de hacer todo el papeleo, salimos del aeropuerto seguros de que en las dos mochilas de mano traemos casi todo lo importante para subsistir (¿será eso cierto?). 

amanecer volviendo del aeropuerto

Nos montamos en el taxi de confianza y, ahora sí que sí, comienza nuestra andadura por tierras camerunesas. Todavía es de noche cuando comenzamos nuestro viaje camino a Yaundé. Carlos, entre comentario y comentario con el taxista, nos hace de guía. Los primeros contrastes del viaje nos bombardean: son cerca de las 5 de la mañana y hay mucha gente andando por los arcenes de la carretera. Por fin llegamos al mítico Rondpoint Nlongkak, a escasos metros de la casa de Carlos y Vanessa.

Tras llamar insistentemente al guardia de noche de la finca llegamos a casa donde conocemos a la pequeña Lili, a la que le encantan nuestras mochilas y le asusta el olor de España. Después del agotador viaje, no tenemos ganas de nada más que coger la cama para descansar un rato, nuestros anfitriones nos han dejado su habitación, con su baño en suite y su cama con dosel-mosquitera. Raquel está encantada por el romanticismo implítico y Jaime espera que sea efectiva contra el anófeles.
a Lili no le hace gracia que ocupemos su cama

1 comentario:

  1. Yaaa?????Queremos más!!!!!!!!!!!!!!!!! besos al cuarteto;) Iván y clara

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