Ahora que conocemos a más gente gracias a la labor de Vanessa en temas de cooperación, podemos descubrir nuevos parajes y salir un poco de la capital. Este sábado aprovechamos y fuimos a la misión de la congregación Sagrado Corazón de Jesús en Bikop, un pequeño pueblo en mitad de la selva. Con la excusa de revisar una sencilla instalación solar, pasamos allí el día visitando la zona.
Catedral de Mbalmayó |
Por primera vez prescindimos de nuestro taxista de confianza y nos aventuramos a coger un car (un minibus en el que se meten más personas de las uno pueda imaginar). Llegamos temprano a Mbalmayó, una ciudad a media hora de Yaundé, donde nos recogieron las hermanas y con ellas nos adentramos en la selva. De Mbalmayó sólo nos dio tiempo a ver la catedral, así que pronto volveremos a visitar la famosa escuela de cerámica.
Como estamos en época seca, el camino de tierra estaba practicable y llegamos sin problemas con el 4x4. No nos podíamos imaginar que en medio de toda aquella vegetación encontraríamos una iglesia enorme, construida emulando Nôtre Dame, y una misión con un dispensario, un colegio, una casa preciosa y un pozo recién hecho por los chinos.
iglesia de la misión |
el patio del colegio en la selva |
En nuestra visita, a parte de las hermanas (médica, farmaceútica y profesora) nos acompañó un matrimonio italiano que nos describía los países en función de sus templos sagrados. Raros-raros, pero simpáticos. Comimos ensaladilla rusa y filetes empanados, como si nos hubiésemos ido de merienda en el pueblo.
Coque volvió a las andadas y se subió al tejado para revisar las placas solares |
Antes de marcharnos, fuimos a visitar un santuario que han construido en lo alto de una montaña, con una vista privilegiada. Allí vive una congregación contemplativa llamada "Oasis de la Paz", que se dedica a rezar por la paz en el mundo.
Mbalmayó visto desde el santuario |
El viaje de vuelta en el car fue más animado. Una mujer empezó a acusar a su compañero de asiento de machista, se enzarzaron en una discusión a la que se unió todo el autobús. Veinte mujeres gritando a este hombre que no se achantaba. Al final él, muy digno, dijo: "Lo siento, pero los hombres somos así" y una mujer, más digna todavía, le respondió: "Ya lo sabemos y aún así ¡os queremos!"
en el car volviendo a Yaundé |
Hi Guys,
ResponderEliminarEso eso, id familiarizandoos con el entorno para cuando empiecen a llegar las visitas... ;-)
Abrazos from Alcorcón
El ambiente llama a la oración... acabo de venir de yoga y vengo muy mística... será eso!!Ali
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