jueves, 22 de abril de 2010

No es fácil tener un gato racista

Aunque suene un poco raro creo que el gato, Micho, es racista. O más bien, lo ha sido. Durante nuestro viaje por el norte lo dejamos en casa de una amiga canadiense (¡gracias Annie!). Su tercera casa en menos de una semana y después de un viaje desde Limbe (4 horas de coche). Cuando lo trajimos de vuelta a casa estaba un poco nervioso (que se lo digan a Vanessa y sus arañazos) y con las visitas de Ghislain y Ulrich (dos amigos cameruneses) se puso como loco y tuvimos que encerrarlo en la terraza mientras se proyectaban las fotos del viaje. No sabemos de dónde vino esa locura, sobre todo teniendo en cuenta que es un gato camerunés.

También hay que decir que con el paso del tiempo se ha calmado y después de unas semanas la cosa ha mejorado. Ahora está más tranquilo y los últimos encuentros con negros no le han alterado tanto e incluso se ha dejado acariciar. Ya se ha acostumbrado a su nueva vida para tranquilidad de Fernando y Ana Lisa.

Ahora mismo está vigilando los mangos, única actividad que realiza si exceptuamos el comer y dormir.

1 comentario:

  1. Puede que todo sea debido al aburrimiento. Creemos que los gatos son animales solitarios pero pasarse el día vigilando los mangos no debe ser bueno para su salud. Puede que buscara una refriega que le alegrase la vida (como en ocasiones hace mi padre con mi madre). Os recomiendo paciencia y cambiarle las vistas (en el caso de mi padre, cambiar de canal). Un cariñoso saludo.

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