Nunca pensé que fuese a dar un biberón a un chimpancé y mucho menos que después el muy desagradecido me mordiese en la muñeca.
El fin de semana pasado nos fuimos Carmen (la diplomática en prácticas), Marisa (una monja de Verbum Dei) y yo a descubrir nuevos parajes. En esta ocasión el destino elegido fue la reserva de chimpancés de Pongo Songo. Un santuario creado por la ONG francesa Papaye-France para salvar a los bebés chimpancés. El Ministerio les cedió unas islas enormes en el río Sanaga, donde los animales pueden vivir libres, tranquilos, sin temor a los cazadores y con la comida y el cariño asegurados.
Espero que Micio también tenga comida, cariño y arena limpia.
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| la isla donde viven los bebés |
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| Carmen y uno de los chimpancés: inseparables |
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| Marisa dando de comer a Ché Guevara |
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| los chimpancés grandes viven en otra isla y con ellos no se puede jugar |
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| aquí dormimos, en medio de la selva |





qué bonito! qué viaje más chulo y esto a mí ni me sonaba!
ResponderEliminarIsabel
Hombre, yo creo que Coque es más mono que estos monos...
ResponderEliminarLover!