¡Qué majo es Coque!

¡Qué majo es Coque! Cuántas veces me lo habrán dicho. La mayoría de ellas mirándome con cara de "no sé cómo puede estar contigo, BRUJA". Ahora que él está disfrutando de las playas españolas y no puede rebatirme, este blog va a convertirse en vanessa.blogspot.com y voy a aprovechar para contaros de verdad cómo es San Coque. 

Es muy majo Coque, sí, y también es muy cabrón. Es capaz de dejarme sola en Camerún y con los techos de los baños rotos.

techo de baño 1

Os pondré en situación. Unos días antes de irnos de vacaciones a España descubrimos que teníamos goteras en uno de los baños. El agua caía en la ducha, así que no era muy grave, puesto que la casa no iba a inundarse. Pero al día siguiente nos dimos cuenta de que también teníamos goteras en el otro baño. La cosa empezaba a ponerse fea y no teníamos mucho tiempo. Como había tantas cosas que hacer: maleta, regalos, veterinario, costurera..., nos repartimos las tareas y Coque se responsabilizó de solucionar el tema de las goteras. Después de enfadarnos (él conmigo y yo con él), consiguió que un día viniese el fontanero. Éste para ver dónde estaba la avería rompió la madera del falso techo y dejó toda la casa a disposición de cucarachas, ratones y demás bichos que corretean por las cañerías del edificio. Prometió volver al día siguiente para cambiar la tubería y arreglarnos el estropicio. Después de un año aquí, sabemos (o más bien, sé) que quien dice un día, dice un mes... 

techo de baño 2

Cuando volví de vacaciones todo estaba tal cual lo dejamos: los techos destrozados, las goteras en su sitio y lo que es mucho peor: la casera, el chico de mantenimiento y el fontanero esperándonos para empezar su particular "Qué apostamos". Qué apostamos a que me llamas 20 veces y no te cojo el teléfono, qué apostamos a que te digo que voy a la 1 y aparezco a las 6, qué apostamos a que al final te saco dinero para que pagues tú el arreglo y encima me invites a una cerveza, qué apostamos a que además consigo que me traigas de España mechas de colores.

Hablé con Coque y le conté todas las novedades: 
- Me han perdido las maletas (eso es otro tema para otra entrada) y no sólo no han arreglado los baños, sino que el fontanero ha desaparecido con los 10.000 francos (15 euros) que le dio la casera para comprar los materiales que necesita. 
Y Coque me contestó: 
- No te preocupes, déjamelos a mí, que me van a oír.

Pero todos sabemos que Coque es tan majo que no va a levantarle la voz a nadie.

Menos mal que su mujer es una bruja.