Día 8. Sábado 19 de noviembre de 2011: Mokolo – Koza – Mora
Hoy dejamos Mokolo. Salimos en moto hacia Mora, pero dejando una mochila en el hotel de Mokolo que en algún momento de los próximos días volveremos a recoger. El mototaxi que nos llevó a Tourou viene a recogernos a las 8h y cogemos el camino hacia Mora.
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60 kilómetros separan Mokolo de Mora |
Antes de salir, nos llama Juan (el lector de Marua) para contarnos su plan de viaje. El padre Francis (de la ong Zerca y Lejos) viene con dentistas a trabajar a Tourou un par de días, pensábamos encontrarnos y subir con ellos, pero al final no nos cuadra muy bien y no vamos a poder tomarnos una cerveza de mijo con ellos.
Nos ponemos en marcha y en seguida llegamos a la primera parada: Djinglya, donde hay una cooperativa artesanal muy bien montada (incluso puedes dormir por 5000 FCFA en un entorno increíble). La moto se rompe y tenemos que despedirnos de nuestro mototaxi y coger a otro. Descendemos la Col de Koza, una colina con numerosos poblados Mafa. ¡Espectacular!
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paisaje desde la cooperativa de Djinglya |
Bajamos hasta el pueblo de Koza y desde allí hasta Mora todo es planicie y secarral; se nota que volvemos a entrar en el Sahel. No nos podemos creer que estemos recorriendo el extremos norte de Camerún en moto. Quién nos lo iba a decir cuando llegamos aquí hace más de dos años miedosos y desconfiados. Míranos ahora, escribiendo Diarios de motocicleta.
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nuestro mototaxi repostando en la gasolinera de Koza |
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planicie y secarral |
Antes de mediodía llegamos a Mora, ciudad calurosa y polvorienta. Tenemos por delante 24 horas y no sabemos muy bien qué puede ofrecernos este lugar que parece sacado de una peli del oeste. Encontramos un lugar para dormir (Auberge Mora Massif, donde hay dos tarifas: completa o "siesta"). Uno de los albergues con bukaros que viene en la guía y donde hace años que no duerme ningún turista.
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bukaro del Auberge Mora Massif |
En la calle hace tanto calor que no
queremos dar más vueltas. Nos quedamos descansando un rato y después,
armados de valor, salimos al sol a ver si encontramos algo de comer. Los
caminos afortunadamente están bordeados por árboles que dan una
imprescindible sombra.
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una calle cualquiera de Mora |
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la plaza de Mora |
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