domingo, 19 de febrero de 2012

Viaje al Extremo Norte: Diarios de motocicleta

Día 8. Sábado 19 de noviembre de 2011: Mokolo – Koza – Mora


Hoy dejamos Mokolo. Salimos en moto hacia Mora, pero dejando una mochila en el hotel de Mokolo que en algún momento de los próximos días volveremos a recoger. El mototaxi que nos llevó a Tourou viene a recogernos a las 8h y cogemos el camino hacia Mora. 

60 kilómetros separan Mokolo de Mora

Antes de salir, nos llama Juan (el lector de Marua) para contarnos su plan de viaje. El padre Francis (de la ong Zerca y Lejos) viene con dentistas a trabajar a Tourou un par de días, pensábamos encontrarnos y subir con ellos, pero al final no nos cuadra muy bien y no vamos a poder tomarnos una cerveza de mijo con ellos. 


Nos ponemos en marcha y en seguida llegamos a la primera parada: Djinglya, donde hay una cooperativa artesanal muy bien montada (incluso puedes dormir por 5000 FCFA en un entorno increíble). La moto se rompe y tenemos que despedirnos de nuestro mototaxi y coger a otro. Descendemos la Col de Koza, una colina con numerosos poblados Mafa. ¡Espectacular! 

paisaje desde la cooperativa de Djinglya

Bajamos hasta el pueblo de Koza y desde allí hasta Mora todo es planicie y secarral; se nota que volvemos a entrar en el Sahel. No nos podemos creer que estemos recorriendo el extremos norte de Camerún en moto. Quién nos lo iba a decir cuando llegamos aquí hace más de dos años miedosos y desconfiados. Míranos ahora, escribiendo Diarios de motocicleta.

nuestro mototaxi repostando en la gasolinera de Koza
planicie y secarral

Antes de mediodía llegamos a Mora, ciudad calurosa y polvorienta. Tenemos por delante 24 horas y no sabemos muy bien qué puede ofrecernos este lugar que parece sacado de una peli del oeste. Encontramos un lugar para dormir (Auberge Mora Massif, donde hay dos tarifas: completa o "siesta"). Uno de los albergues con bukaros que viene en la guía y donde hace años que no duerme ningún turista. 

bukaro del Auberge Mora Massif

En la calle hace tanto calor que no queremos dar más vueltas. Nos quedamos descansando un rato y después, armados de valor, salimos al sol a ver si encontramos algo de comer. Los caminos afortunadamente están bordeados por árboles que dan una imprescindible sombra.

  
una calle cualquiera de Mora
la plaza de Mora

Un poco de carne en bocadillo acompañada de tomate es la comida de hoy, suficiente para dar el paseo del día hacia el país PODOKO. Negociamos una moto que nos sube hasta Oudjilla para ver el paisaje y el palacio del jefe del pueblo, de 90 años y casado con 50 mujeres. Es un sitio turístico pero nosotros salimos airosos del encuentro gracias a la picardía del mototaxi, que se ha dado cuenta de que no somos los típicos turistas. 

vista panorámica del país Podoko
algunas de las casas de Oudjilla
escuchando la historia del jefe del país Podoko

Un paseo por los dominios del jefe y unas vistas panorámicas de las montañas son suficientes  para compensar la subida. Volvemos a Mora sin el pago obligado de 7000 FCFA (11 euros) por persona por visitar el palacio, contentos de haber engañado al jefe y compensar así los múltiples timos a los que somos sometidos cada día.

con el pícaro mototaxi, el guía y otros amigos

De nuevo en Mora, damos un paseo y cuando empieza a irse el sol y empiezan a encender las velas, pues no hay luz en todo el pueblo, nos aprovisionamos para pasar la noche en nuestro albergue (al que acuden visitas nocturnas a los que han alegido "tarifa siesta") tras una agradable conversación con un futuro profesor, que pretende cambiar la mentalidad de los niños del Extremo Norte.

el campo de Mora
¡un día muy completo!

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