lunes, 26 de septiembre de 2011

Con los trastos en la cabeza

Aquí tenéis una segunda entrada de la serie Equilibrio, ya que cada día nos siguen sorprendiendo con lo que se puede transportar en la cabeza. Lo malo es que no siempre tenemos a mano la cámara para inmortalizar el momento.

 

2 comentarios:

  1. Hay que aprender a hacer esto. Me parece fundamental. Nunca más sufiríamos esa engorrosa caja que no hay por donde coger. Abrazos desde Madrid. Dani

    ResponderEliminar
  2. Ah qué pinche internet. Es la tercera vez que les quiero poster y no me deja.

    Qué tal Vannesa, Coque,
    Acá en otras tierras que se une allá con el mar, ando recordando y andando: mero síntoma de rondar los 30 años (me faltan 2). Recordando me eché unas coronitas a la salud, de Albert, Coque, Cesc, etc, etc. pero vaya sorpresa al comparar la bebida con mi añeja 33 export, tamaño familiar, como debe ser. Por estos lugares me pegué mi rondín por tepito, ahí nomás pa ver si la piratería es la misma en todo el mundo, le pregunté a un wey si conocía Mokolo -me dijo que no- y siguió vendiendo películas underground. También me fui a echar mis tortas de carne afuera de la Arena México, después de una función de lucha libre, pero las tortas no le llegaron a la sazón del Cesc y sus brochetas mágicas. Mi nuevo hobby; literatura mexicana, la de balazos. Vía Cancún- Mali (cocaína airlines, como dice Jon Sistiaga) ojalá te pudiera mandar unos ejemplares de El amante de Janis Joplin pa tu club de lectura, Coque.

    Ustedes, ¿qué hacen?, ¿qué dicen?. Vanessa San Mateo, aquí hay una chica que se llama Vanessa Santo Niño de Atocha.

    P.D. Por acá en México, tienen donde llegar, cuando quieran.
    Se les recuerda con cariño.

    Saludos a todos los que conocí y siguen allá.

    atte,
    Oscar (de la Cruz).

    ResponderEliminar

¿Te ha gustado? Cuéntanoslo