miércoles, 28 de marzo de 2012

Del Extremo Norte al Norte

Día 13. Jueves 24 de noviembre de 2011: Rhumsiki - Garua (por ruta alternativa)

Anoche cenamos tanto y tan bien que nos empachamos. No estamos acostumbrados a estos banquetes, sobre todo porque el cansancio nos puede y nos dormimos antes de hacer la digestión. Así que hemos pasado una noche revuelta y la sola idea de tener por delante un duro día de viaje nos asustaba; pero nada puede con los viajeros. Habíamos decidido coger una ruta alternativa y muy poco transitada para llegar a Garua. En lugar de volver a Mokolo e ir por asfalto, nuestra idea era explorar los caminos de la frontera con Nigeria. Un plan muy atractivo (y un verdadero reto) que no estábamos dispuestos a que una tonta diarrea nos estropease. 

Salida de Rhumsiki

Nos hemos tomado un café, respirado muy hondo y cogido una moto hasta Bourha. Allí hemos cogido otra hasta Boukoula y aquí estamos esperando a que salga el taxibrousse que nos va a llevar a Guider. Cambiamos de medio de transporte, pero el espíritu es el mismo: demostrar que es más fácil viajar en transporte público en Camerún que en España.

Cualquier medio es bueno para el transporte

Es sencillo viajar en transporte público, pues siempre hay alguna moto, algún coche (particular o colectivo) o algún autobusillo que te acerca al menos hasta el pueblo más próximo. Es fácil, pero no es ni rápido ni cómodo. La suerte es que la gente del norte es más delgada y, aunque los conductores aprovechen el espacio al máximo, vamos más anchos de lo habitual.

Una de las furgonetas procedentes de Nigeria

Es fácil viajar, pero no es fácil saber la distancia que recorres. Nadie es capaz de decirnos los kilómetros que hay entre un pueblo y otro, a veces ni siquiera nos saben decir el tiempo que se tarda en llegar, así que nos guiamos por el precio que nos piden por trayecto: 1000 FCFA es cerca, 2000 FCFA es una distancia media y 3000 FCFA es bastante lejos.

Parada técnica; cambio de rueda

Al final hemos compartido el taxibrousse con otros cinco más el conductor y tras unos cuantos kilómetros por pista que se han hecho muy duros por el calor y por los controles de policía (debido a la proximidad de la frontera nigeriana hay muchísimo tránsito de mercancias) hemos llegado al asfalto (que no veíamos desde hace una semana) y nada más pisarlo, hemos pinchado.

8 en el taxibrousse: 4 delante + 4 detrás

Nos vamos acercando a la “civilización”. Deseosos de dejar el coche llegamos a Guider, donde todo el mundo es muy amable, nos conducen rápidamente al car “clando” -clandestino- que sale para Garua y nos otorgan el privilegio (por ser blancos) de sentarnos en las dos plazas de delante, para ir cómodos y ver bien el paisaje. 


Creemos que las tenemos todas con nosotros: buenos sitios en el car y buenísima carretera, pero no contábamos con las paradas que el “coche de línea” va haciendo en cada mercado. A pesar de no haber comido nada en todo el día disfrutamos del paisaje y llegamos a Garua con fuerzas para coger la última moto del día que nos lleva al hotel que según las guías tiene la mejor relación calidad/precio. De momento la habitación deja bastante que desear, vamos a ver si al menos en el restaurante nos hacen una rica tortilla con arroz blanco que nos entone. 

Hoy dejamos atrás el EXTREMO NORTE

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